Una eternidad acostumbrada
a dejarme llevar por suaves olas
que aún en mal tiempo me sostenían
amables
negándome el naufragio
marea sabrosa y amarga
a ratos tibia
a ratos atormentada
Una eternidad, sí
con el horizonte siempre lejos...
Mas de repente mi mundo se volvió plano
y las aguas me llevaron al abismo
entonces en la caída libre quise verme
y no sabía quién era
Sigo cayendo
y sigo sin verme
A ratos
añoro el mar amable
que en mi ceguera me cobijó
remembranzas de días dulces
sol brillante y aguas tranquilas
solo a ratos
Luego tormentas sacuden mi pensamiento
de golpe regreso y me doy cuenta
sigo cayendo
sigo perdida
buscando donde verme
buscando ojos donde encontrarme
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