domingo, 3 de mayo de 2015

La chica del espejo

Juicios enquistados en el alma
queriendo descifrar absurdos
la soledad arde quejumbrosa
ante mi descabellada sombra
siempre llorosa
siempre víctima
tonta y  fastidiosa

Aunque escoja 
en cualquier ahora
reírme de mi misma
es una risa oscura
ni diáfana ni cristalina
me río hasta fastidiada de la risa misma
de la idea, del pensamiento, del sonido
de lo hueca del alma mía

Digo alma por costumbre
por la sensata cotidianidad 
por lo que ayer creía que era
por lo mismo que mañana recordaré
el nombre de la chica 
que se asoma en mi espejo
cuando no me quiero ver
pero me veo

No hay comentarios:

Publicar un comentario