Hay veces
contadas veces
que alguna brisa me trae
Unos ojos que logro ver y sentir
Que me recorren
Que me ven
que quiero ver
Danzan tus pupilas en mis pensamientos
Mi mirada se acurruca dejándose mecer
entre la necedad y la cordura
entre brillantes tonterías
de esas que cambian espejitos
por el oro que emana de tu corazón
y del mío
que se encuentran y se olvidan
y se pierden otra vez
yéndose
sin zapatos
sin cartera
sin saber como es que se entretejen
las miradas
Ni dónde, ni porqué, ni cuándo, ni cómo...
No son cualquier par de ojos
son de aquellos que pueden ver dentro de las paredes
dentro de las letras que acomodan vidas paralelas
y entre mirar asombrada
y querer descifrar pinceladas
se escapan los ojos
y los momentos pasan
quebrando los segundos
para no ser más nunca nada
sin dolor
No es verdad
siempre duele
Cuando se escapan
quizás asustados
unos ojos
tejedores de susurros
que dejaron una alfombra aterciopelada
donde vuela mi pensamiento en el tuyo
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