Decir adios es perfecto
cuando ya no quieres besar
cuando las miradas se quiebran
cuando las manos cansadas
ya no quieren tocar
Hay adioses absurdos
que convierten al querer en un desatino
hay adioses lentos
que parece que nunca llegan
y nos pasamos los días anhelándolos
como si no supiéramos cuál es la palabra que nos falta
quizá solo queremos seguir queriendo
un quizá avergonzado de tanto amor
un quizá tonto que sabe que nunca ha sido un quizá
El adios no llega de sorpresa
lo decides, lo haces, y te vas
o ves partir al otro
en una muerte anunciada y esperada
aunque silente
aunque muda
Decir adios pensando en tus besos
es un disparate
una necedad, probablemente
un desacierto, quizá
cosas que hace la gente que madura
que sabe lo que quiere
que entiende que las cosas se acaban
por cualquier razón que sea
aunque no entienda
se acaban
aún queriéndonos besar
No hay comentarios:
Publicar un comentario