No hay dolor
sin miedo
Por allí anda descalza
se pasea desenfadada
a veces
también acobardada
Los dejó sin cena
llegaron tarde
se quedaron flacos
desnutridos
huesudos
Arrancados los tapizados de ausencias
los colores en sepia
las flores plásticas
las fotos desteñidas
atesorados olores a moho
como tantas casas
vacías
esperando las risas
vueltas lágrimas lejanas
El miedo dicta
la ausencia de tus besos
el miedo me obliga a extrañarte
a conformarme con tus dedos temblorosos
llenos de furia contenida
acariciando una brisa
un suspiro
una sacudida
que a lo lejos extraña el calor
de tu voz adolorida
acunada entre miedos pegostosos
cual cachetes
de niña de paseo con la tía
títeres
y manzanas podridas
no
eran acarameladas
No hay comentarios:
Publicar un comentario